Una fábula de la cigarra y la hormiga y el chorro

La fábula

Érase una vez la historia de una hormiga trabajadora. Ella aceptaba lo que venía, gobiernos corruptos de izquierda, gobiernos corruptos de derechas, inflación galopante, subida de precios, corralitos,… Es una hormiga y hace lo que le dicen.

A su vez despreciaba a la cigarra. La cigarra era una vaga y ruidosa. Vivía de las ayudas sociales y sólo se preocupaba de la hormiga por interés.

La hormiga fue ahorrando poquito a poquito y pagando a plazos y así fue acumulando una riqueza relativa. Un iPhone, una tele de plasma demasiado grande para el salón de la casa, tele por cable con las ligas europeas y otras comodidades que intuía en el sueño americano que al parecer también era el suyo.

Mientras tanto la cigarra creía que un mundo mejor era posible. Iba de huelga en huelga, de manifestación en manifestación, siempre buscando culpables de su situación. Caceroladas contra los políticos, escraches contra empresarios, murales contra el imperialismo y manifestaciones contra el FMI. Siempre gritando, siempre haciendo ruido.

La hormiga estaba contenta. No porque su vida a crédito fuera genial sino porque al menos su trabajo duro tenía su recompensa. Estaba por encima de la cigarra y eso es a lo que aspiraba. Se reunía con otras hormigas y discutía que el país sería mejor sino hubiese cigarras.

Pero un buen día cuando la hormiga llevaba a su hija a poner una endodoncia apareció el chorro. El chorro entró en casa de la hormiga y se llevo la tele, el iPhone con diez cuotas por pagar y las ilusiones de la hormiga.

La hormiga estaba devastada y arruinada. Los créditos estaban por pagar y había que reparar todo lo que el chorro rompió en su asalto. Pidió ayuda a otras hormigas pero sin un iPhone los verdad es que la hormiga no era muy diferente de las cigarras.

Un día en la oficina se le acercó una cigarra. Nunca antes había hablado con ella. La hormiga es ingeniero y la cigarra es sindicalista en el gremio de conserjes. La cigarra le explicó que el chorro también había entrado en su casa. No tenía iPhone o tele de plasma pero se había llevado lo que había. Le ofreció la ayuda que las otras hormigas no le habían dado. La hormiga se conmovió y lloró.

Con el tiempo la hormiga se recuperó y se volvió a reunir con otras hormigas. Saludaba a la cigarra por los pasillos pero no al resto de las cigarras. Puso rejas más altas y cerraduras más fuertes para defenderse del chorro y siguió persiguiendo su sueño inalcanzable porque todos los años hay un iPhone más nuevo y más caro y las televisiones siempre pueden ser más grandes.

Mientras tanto la cigarra no culpaba al chorro. En su barrio se dice ‘ningún niño nace chorro’ y culpaba a estado, a la iglesia y a los mercados de su situación, de la del chorro y de la de la hormiga porque a diferencia de las hormigas que ven cigarras y hormigas, las cigarras piensan que sólo existen cigarras.

Esta fábula no estaría completa sin la visión del chorro. El chorro no nació chorro pero eso él no se lo plantea. Roba al rico al pobre a la sociedad o a quién sea y no se lo plantea. Asume que algún día lo pillarán e irá a juicio o incluso a la cárcel. Es normal. La cigarra y la hormiga piensan que es normal que existan chorros. Las hormigas culpan a las cigarras y las cigarras al gobierno mientras tanto nadie hace nada para solucionarlo: ‘Argentina es así’.

El chorro por mucho que robe no deja de ser chorro. Rompe mucho y gana poco. Malvende lo robado a las hormigas a otras hormigas o a alguna cigarra que quiere ser hormiga sin trabajar. Al final acabará en la cárcel o baleado pero mientras tanto el vive fuera de las rejas mientras que las hormigas y las cigarras viven continuamente dentro de las rejas por miedo al chorro.

Moraleja. En esta fábula todos mueren cuando llega el invierno.

La explicación

Por supuesto esta fábula sucede en Argentina. El chorro es como llaman a los ladrones o a los cacos. Hay barrios enteros que son ciudades sin ley y los llaman villas. Hay que evitarlas pero ni siquiera la gente del barrio está libre de peligro. No sé si alguien ha hecho un estudio serio de lo que esto supone para la economía del país. En El Salvador lo hicieron con las maras y lo que suponía de rémora para la economía, al mismo tiempo comparaban la miseria y precariedad de la vida del marero, incluyendo a los más altos en la jerarquía, comparándolos con los narcos mexicanos. Se asume que ‘Argentina es así’ y nadie hace nada.

El país siempre ha estado muy polarizado. Los liberales que serían las hormigas culpan a los peronistas (las cigarras) de la situación del país. Aunque me cuesta creerlo dicen que hay 15 millones de personas viviendo de las ayudas sociales. Incluyendo a la chorros pero eso no es suficiente para que dejen de robar. Agachan la cabeza y asumen que ‘Argentina es así’ y que la deuda externa pase de 50 a 150 es normal y que la inflación sea del 100 por 100 interanual y que nadie pueda hacer nada.

Las cigarras quieren que el estado sea socialista. Creen que la inmensidad del territorio y los enormes recursos naturales del país son suficientes para que todo el mundo viva bien si se reparte. Mientras tanto ha habido muchos políticos cigarra y esto nunca ha sucedido. Todo se ha quedado en promesas mientras que la riqueza parece esfumarse. Aparece un nuevo río en San Luis por las plantaciones de monocultivo de soja, Misiones es verde pero la flora autóctona ha desaparecido dejando el paso al pino y al eucalipto para la explotación maderera,se expropian compañías petroleras para explotar yacimientos pero la mala gestión hace que se pierda la ventana de oportunidad, es uno de los mayores productores de alimentos y materias primas pero casi todo se exporta porque el mercado interno no puede asumir los precios globalizados. La cigarra echa la culpa a cualquiera que no sea cigarra asume que ‘Argentina es así’ y no hace nada después de la manifestación.

Mi propio cuento

La foto que ilustra la foto son mis pertenencias después del robo. Una camiseta, unos pantalones cortos, unos gayumbos y unas chanclas. También unas gafas de sol que se rompieron días después y una gorra. Afortunadamente conservé mi móvil y mi tarjeta de crédito.

En menos de media hora alquilamos un coche, metimos todas nuestras pertenencias, aparcamos, abrieron el maletero llevándose todo, nos llevamos un susto y pusimos la denuncia. El disgusto vino después.

Lo peor de todo es que ‘es normal’ que eso suceda, a mediodía, a plena luz, en un aparcamiento habilitado en una terminal, en frente de un restaurante, con una comisaría a cien metros, con autobuses y taxis pasando continuamente y que nadie vea nada. Es tan normal que pasa todos los días. Es tan normal que la gente de Bariloche no deja la compra dentro del coche aunque sea por quince minutos para que no les rompan la luna. Es tan normal que si lo comentas en una panadería te dicen: ‘¿ha sido en el aparcamiento de Cerro Otto o en la terminal? A los turistas SIEMPRE les roban allí‘. Es tan normal que nadie piense que la policía vaya a solucionar nada. Es tan normal que la policía y los transeúntes digan que los ladrones son la compañía de alquiler que te siguen para robarte. Es tan normal que la compañía de alquiler dice que es la policía que lo permite y va a porcentaje. Es tan normal que la gente normal lo asume como normal.

Este viaje es de aprendizaje. Creo que no puedo aprender a asumir como normal a no llevar nada de valor visible, a no poder dejar mi casa vacía en vacaciones, a mirar hacia atrás siempre que ando por la calle, a no dejar nunca nada en el coche sino hay alguien vigilando, a tener que estar tras las rejas cuando celebro con mis amigos, cuando hago la cena, cuando vivo en mi casa… Como no puedo y no quiero lo único que puedo ‘aprender’ es que valoro mi seguridad y en la medida que pueda elegir viviré en sitios seguros.

Con tiempo y dinero se llega a todos lados, por ahora aún tengo de ambos.

¿Quiénes sois vosotros en la fábula: cigarras, hormigas o chorros?

Después de leer los comentarios dejo el vídeo que empieza con el corte de ‘Los lunes al sol’.

13 comentarios sobre “Una fábula de la cigarra y la hormiga y el chorro

  1. Hola Iván ,lo primero desearte que la buena salud física y mental te acompañe.los efectos del robo aún te acompañan también,los problemas burocráticos ,se solucionaran no exentos de paciencia y de tragar bilis,pero bueno Iván tú lo has dicho,tienes tiempo y dinero y hay veces que cuando suceden las cosas sobre todo si son como estas que te dejan ligero de equipaje y con contratiempos burocráticos pues no quieres ni pensar que de ello también puedas sacar enseñanzas,tú lo has dicho tienes «tiempo» dice el dicho que cuando una puerta se cierra siempre se abre otra.
    Saca tus enseñanzas ,saborea la vida y disfruta de las cosas sencillas y de las gentes.
    Yo no soy hormiga,me gustan las cigarras,creo que el cuento nos lo han contado mal.y tú que eres???
    Como siempre,te sigo con interés y ánimo de que el viaje te sirva en tu crecimiento personal .
    Ánimo ,un abrazo en la distancia.

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    1. ¿Qué tal, tía?

      Primero decirte que escribí a Alejandro después de lo que dijiste. La segunda niña llegará en breve. Recuerdos de niñez a ver si me lo encuentro algún día.

      Yo soy hormiga seguro, más del original que de mi revisión forzada. Nunca he tenido un iPhone

      Creo en pocas cosas, así que sólo me queda creer en mí mismo y en mi trabajo.

      ¿Sobre las cigarras? Cada una es libre de tomar sus caminos. La fábula original habla de acumular en la juventud para no sufrir en la vejez. Son fábulas cada uno las puede interpretar como quiera. Yo sólo las he usado de excusa.

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  2. Yo creo que no soy hormiga en el sentido de la fábula de tener por tener, pero si soy hormiga en el sentido de que creo en el trabajo en el esfuerzo personal, en ser, en el disfrutar de las pequeñas cosas.en no pensar que son otros los que tienen las obligaciones y yo los derechos, en que no se puede vivir de la so.pa boba, de que el Papa estado puede dar todo, que no se puede vivir de los demás sin aportarles nada, la cosa no van así, o todos aportamos o no llegaremos a ninguna parte,
    Desde luego no soy cigarra en absoluto, no me gustan las voces y el echar la culpa a los demás de mi situación sin hacer nada por cambiarla…
    Pero creo que no hay nada blanco o negro nadie es cigarra u hormiga totalmente, y también pienso que aunque chorro no se hace si se hace….

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    1. Asumir que el ladrón lo es por la sociedad o porque lo obligan es muy simplista.
      Nos robaron bienes por el equivalente al salario medio argentino de seis siete meses. Es decir un ladrón en 20 minutos roba lo que un trabajador consigue en medio año. ¿Es culpa del trabajador?
      Menciono las maras para decir que no creo que estas bandas o estos ladrones sean ricos. Que mi retenedor bucal sea caro y que yo lo pierda me vaya a causar un gran perjuicio no significa ganancia para él. De eso va esta historia, prefiero ganar un poco para mí aunque destroce mucho de otros. En mí fábula todos piensan en sí mismos pero sobre todo el chorro.
      Espero que utilicen mis gafas de ver para leer el Kindle. Puede que una vez que tenga cultura deje de robar.
      En cualquier caso esto está muy lejos de robar para comer, es algo distinto.

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  3. Hola Iván

    Pues sí, estás viajando por otras tierras. La fábula de las cigarras y las hormigas es demasiado simple para explicar el mundo, pero siempre necesitamos simplificar para explicar. A día de hoy muchas cigarras se disfrazan de hormigas, por ejemplo. Y siempre creemos que nuestro esfuerzo vale más que el de otros. Y que lo que tenemos nos lo hemos ganado todo nosotros con nuestro esfuerzo, obviando que siempre es un esfuerzo colectivo. Y que no es lo mismo empezar a esforzarse desde un punto X que desde un punto Y.

    En Latinoamérica se ven muy claramente los efectos de la desigualdad social. Nadie podrá vivir seguro en un lugar donde el punto de partida de cada vida es tan dispar que, llegado un punto, tu vida vale menos que el teléfono que llevas. A partir de ahí, fiesta de hormigas y cigarras.

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    1. Es increíble lo universales que son las fábulas para poder usarse cientos de años y ser aún actuales.

      Por supuesto que es una simplificación. No pretendo desde mi punto de vista sesgado euro centrista entender la idiosincrasia de un país o de un continente en unas semanas.
      En realidad muchas de las ideas que he atribuido a cigarras y hormigas sin literales de conversaciones con argentinos en las últimas semanas. La clasificación y la literatura ya son cosa mía.
      Lo de que nuestro esfuerzo vale más se ve reflejado en mi texto o al menos lo intenté. La hormiga desprecia a la cigarra pero puede que la cigarra simplemente fuese una hormiga con menos recursos. Todo depende del punto de vista.

      Me encanta este experimento y es super fácil de hacer en una dinámica.

      La enseñanza bíblica es totalmente diferente a la fábula (intentan enseñar cosas diferentes).

      Somos unos privilegiados hay que asumirlo y seguir en la carrera, no hacerlo es una falta de respeto a aquellos que realmente tienen que correr toda la distancia. Empezar el primero no significa ganar (la liebre y la tortuga).

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      1. Muy bueno el vídeo. Si haces la misma dinámica en un país como España, donde se ha luchado en los últimos 40 años para reducir la desigualdad de partida, las diferencias no serán tan bestias como en la versión americana… pero seguirían existiendo, sin duda.

        Por otro lado, creo que en la carrera de la vida no hay ganadores ni perdedores, porque nadie podría decir qué es «ganar o perder». Solo hay corredores, cada uno corre su propia carrera, y todos llegamos a la misma meta, de donde no volvemos. Eso sí, por el camino unos sufren más que otros.

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  4. Me duele leer esto: «Es decir un ladrón en 20 minutos roba lo que un trabajador consigue en medio año. ¿Es culpa del trabajador?»
    No es solo su culpa sino que luego le robaran a él, sus hijos no tendrán trabajo porque habrá menos inversión, menos seguridad y menos confianza; su comunidad sufrirá de hiperinflaccion y se morirán sus conocidos o el.
    Y todo por su culpa.
    Robar tiene infinidad de consecuencias negativas, si se roba para comer, pues se justifica, pero las consecuencias siguen ahí
    Yo nunca iré a Argentina en solidaridad con tu robo. A lo mejor cambian de mentalidad si se dan cuenta de que son victima de sus propios actos. Les deseo que cambien de mentalidad.

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